dijous, 15 de setembre del 2016

Velázquez y la pintura flamenca.

La genialidad está reñida con la imaginación. Siempre lo he dicho. Los genios copian.

Ingres copia. Picasso copia. Dalí copia. Kandinsky copia. Caravaggio copia. Tiziano copia.

Sólo que copian genialmente. Es decir, la copia es genial al lado del original. Esto es lo que ocurre también con Velázquez y la pintura flamenca.

Conferencia de Alejandro Vergara "De El Bosco a Rubens : imágenes y cultura de Flandes en España"

Esta es una diapositiva de la conferencia de Alejandro "De El Bosco a Rubens : imágenes y cultura de Flandes en España" en el salon del Museo del Prado. En el min 15,00 de la misma Alejandro Vergara da unas claves excepcionalmente interesantes para entender una de las obras maestras de Velázquez : Las meninas. Y  más concretamente una de las cuestiones que, personalmente, más me han apasionado de Velázquez : la tridimensionalidad de su pintura. Es decir, la creación de un espacio de 3 dimensiones que incluye en el lienzo el espacio que ocupa el espectador. No había leído- ni escuchado - algo tan claro respecto a esto. Es más, suponía - ahora compruebo que equivocadamente - que nadie se había ocupado del tema con tanta profundidad como hace Alejandro Vergara en este momento de su conferencia.




De esta conferencia y exposición en el Museo del Prado nacerá sin duda un texto excepcional " La senda española de los pintores flamencos ", Galaxia Gutenberg&Círculo de Lectores, 2009, que comentaremos más detalladamente.


(Continuará)

Sin embargo, me aparece un cita importante de Todorov que relaciona de nuevo a Velázquez con la pintura flamenca:

Mujer escribiendo una carta, 1655, Gérard Terborch,


"Campin recupera un procedimiento al que Giotto sacó partido y que utilizó con mucha frecuencia la pintura holandesa profana del siglo XVII, por ejemplo Gérard Terborch : colocar en primer plano a un personaje de espaldas, de modo que vemos lo que este personaje esta viendo (algo así como los observadores de Jacques Coene): De alguna manera este individuo nos representa a nosotros como espectadores, nos otorga un lugar y nos introduce en el cuadro."(Elogio del individuo. Ensayo sobre la pintura flamenca del renacimiento, Todorov, Tzvetan, 2006, Circulo de Lectores & Galaxia Gutenberg, pg. 131).